6 am. Cuarto de los chicos. ¿Por que no dormía? Me era imposible. En dos horas empezaba el colegio y estaba más que con miedo, sumido en una mezcla de ansiedad e incertidumbre que anidaba en cada parte de mi ser y se enroscaba en mi mente como si de una enredadera se tratase. Me levanté de la cama y tras ducharme, peinarme, desayunar, lavarme los dientes, vestirme y similares quehaceres, ya eran las siete y media. Al parecer no era el único impaciente pues mis compañeros se encontraban en la entrada ya preparados, así que salimos juntos de la casa mientras Alicia, la directora, nos abrazaba, nos advertía sobre diversos peligros y nos recordaba la hora de la comida. Cuando llego a mi, vi en sus ojos la clara preocupación de una mujer cuyo hijo va a explorar algo nuevo, esa sensación me lleno de calma, me encantó.
El instituto solo distaba unos metros de la casa, así que no tuve que esperar mucho. La fachada, de un suave tono azulado, contrastaba con el gris del asfalto. La puerta, del mismo azul, en principio no era dispar de cualquier otra normal de las que sueles encontrar en las escuelas: doble, metálica, enorme, pero aquel edificio tenía algo magnético, sutil, inexplicable. Subí las escaleras lentamente, como midiendo mis pasos, mirando sin parar a mi alrededor, grabando cada detalle en mi cabeza....¡Ay!
Iba demasiado despistado para darme cuenta de que mis amigos me gritaban algo, hasta que sentí un leve dolor en el hombro y caí. Una muchacha de pelo castaño, ojos azul-grisáceo y cuerpo esbelto y definido, modélico, me fulminaba con la mirada. El embrujo que había sufrido, por el precioso instituto, había dejado mis sentidos en modo stand by.
- ¿Pero a ti qué te pasa nene? ¿Es que tengo monos en la cara?
- Lo siento, no me había dado cuenta. ¿Dónde estabas?
- Noooo ¿de verdad? Es que si te llegas a dar cuenta no estás vivo. ¡Estaba en la fuente y me has em-pu-ja-do!
- Iba despistado y como eres más baja que yo no te había visto.
- Encima me vacila, tu eres gilipollas pero así en plan guay, eh.
- No, no lo decía burlándome, perdona es que estoy muy nervioso, es mi primer día aquí- mis labios se curvaron en un intento de sonrisa que escondiese mi estado.
- Bueno, puede que te perdone pero porque me has pillado generosa- me sonrió.
- Jajaja el sarcasmo es lo tuyo.
- Yayayaya- su voz sonó tan graciosa que ambos nos echamos a reír.
- Me llamo Hassan, espero que aunque hayamos empezado con mal pie, podamos ser amigos.
- Eso depende de ti- sonrió traviesa- Yo soy Marta.
El instituto solo distaba unos metros de la casa, así que no tuve que esperar mucho. La fachada, de un suave tono azulado, contrastaba con el gris del asfalto. La puerta, del mismo azul, en principio no era dispar de cualquier otra normal de las que sueles encontrar en las escuelas: doble, metálica, enorme, pero aquel edificio tenía algo magnético, sutil, inexplicable. Subí las escaleras lentamente, como midiendo mis pasos, mirando sin parar a mi alrededor, grabando cada detalle en mi cabeza....¡Ay!
Iba demasiado despistado para darme cuenta de que mis amigos me gritaban algo, hasta que sentí un leve dolor en el hombro y caí. Una muchacha de pelo castaño, ojos azul-grisáceo y cuerpo esbelto y definido, modélico, me fulminaba con la mirada. El embrujo que había sufrido, por el precioso instituto, había dejado mis sentidos en modo stand by.
- ¿Pero a ti qué te pasa nene? ¿Es que tengo monos en la cara?
- Lo siento, no me había dado cuenta. ¿Dónde estabas?
- Noooo ¿de verdad? Es que si te llegas a dar cuenta no estás vivo. ¡Estaba en la fuente y me has em-pu-ja-do!
- Iba despistado y como eres más baja que yo no te había visto.
- Encima me vacila, tu eres gilipollas pero así en plan guay, eh.
- No, no lo decía burlándome, perdona es que estoy muy nervioso, es mi primer día aquí- mis labios se curvaron en un intento de sonrisa que escondiese mi estado.
- Bueno, puede que te perdone pero porque me has pillado generosa- me sonrió.
- Jajaja el sarcasmo es lo tuyo.
- Yayayaya- su voz sonó tan graciosa que ambos nos echamos a reír.
- Me llamo Hassan, espero que aunque hayamos empezado con mal pie, podamos ser amigos.
- Eso depende de ti- sonrió traviesa- Yo soy Marta.
Se alejó sin decir nada más.
-Interesante esa chica pero ten más cuidado si te vas chocando por ahí no creo que hagas muchos amigos, tendrías que haberte visto la cara-Noelia se reía de mí mientras lo decía.
- Hoy todo el mundo está muy gracioso. ¿Va a nuestro curso?
- Qué va, es un año menor. Es bastante popular, suele ir siempre con tres chicas más y entre tú y yo, está bastante buena… Yo no digo nada pero ¿has visto como te ha sonreído?-Gabriel me dio un suave codazo mientras lo decía.
- Qué va, es un año menor. Es bastante popular, suele ir siempre con tres chicas más y entre tú y yo, está bastante buena… Yo no digo nada pero ¿has visto como te ha sonreído?-Gabriel me dio un suave codazo mientras lo decía.
- ¿Ahora también voy a tener que explicarte cómo se sonríe? ¿Cómo quieres que me sonría? Déjame, no me interesan por ahora las chicas. Mi cultura no es como la vuestra, no se cambia de novia cada dos días y a las mujeres no se les permite ser tan lanzadas. No estoy acostumbrado a esto.
- Me encantaría quedarme aquí todo el día hablando sobre esa chica pero en cinco minutos tenemos Matemáticas y créeme Hassan, no te conviene llegar tarde a esa clase en tu primer día- nos avisó Naima.
No me entusiasmaba la idea de tener Matemáticas pero me apetecía seguir viendo el instituto y empaparme de todo lo que había en él. Tenía miedo de que todo el mundo me mirase, miedo de no encajar, me sentía como un verdadero extraño. Mis nuevos amigos me trataban bien y me ayudaban a adaptarme pero ellos habían pasado por algo parecido mientras que las personas sentadas en sus pupitres, tan bien vestidas, con tantos caprichos que exigir, sin preocupaciones, no podrían ni imaginarlo. “¿Qué voy a hacer cuando llegue la hora de la oración?”. Ese pensamiento me agobió, no podía echarme al suelo en mitad de clase y rezar pero es mi obligación, mi religión.
El sonido del timbre ahuyentó mis pensamientos. Ya me preocuparía después. Nota: El personaje de Marta está basado en una persona real, una amiga con el mismo nombre más conocida como Historias de Marutachan, la escritora de Desconocido.
Me encantaaa! (L) :)
ResponderEliminarUy, esa Martha..creo que ha habido fillin XD.
ResponderEliminarMuy bien descrito el instituto, y las sensaciones!. Te felicito (nuevamente), tienes futuro
Me encanta cuando describes el césped, y bueno el instituto también!
ResponderEliminarMe gusta mucho Espe, quiero saber que pasa. Se me ha hecho muuy corto, en serio!
Espero el siguiente jejeje, que quiero saber como continúa :)
Twin<3 Dios... ME ENCANTA! Soy muy adicta a tu historia, eh? :P Sube el siguiente capítulo, va?
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